Ese momento crítico en el que te das cuenta que no es tu culpa que te guste alguien que no quieres que te guste.
Lo sé, suena rídiculo. Pero por algún tiempo he estado cargando esa cruz... esa culpa que no me dejaba dormir tranquila. Y es que yo no escogí sentir lo que siento por tí, pero sé que tal vez algunas de las acciones que tomé me hicieron más vulnerable de lo normal.
Lo único que me queda es dejar ese coraje ir y quizás eso me ayude a dejarte ir.
Y tal vez algún día, cuando todo este rollo haya pasado, tenga la valentía de contarte que me moría por tí. Que por alguna razón no dejaba de pensar en tí. Que cada vez que te hablaba tenía una sonrisa del tamaño de la luna en la cara. Tal vez, algún día.
Mientras tanto, seguiré con mi vida y tú con la tuya. Seguiré en el mismo sitio en el que me encontraste la última vez. No sé si seguiré pensándote de la misma manera que hoy lo hago... pero si de algo estoy segura es que no seguiré esperándote.
**contigo mi cobardía siempre pudo más. lo siento. espero que algún día lo entiendas.
