- ¿Y cuándo piensas darle nietos a mi hermano? - preguntó la hermana de mi papá a mi hermano mayor de 40 años.
- Tía, ya viene la comida... no se estrese mucho - respondió mi hermano.
- Tía, tener hijos no es la meta que tenemos todos en la vida - metí mi cuchara en la conversación con el presentimiento que ya la había cagado.
- Y usted muchachita, ¿Cuándo va a empezar a pensar en casarse y formar una familia? - me preguntó la misma tía.
- Tía, todavía estoy muy joven para eso - dije yo.
- La verdad es que, ya no estás tan joven - interrumpió mi tío. Silencio ensordecerdor. Mandíbula al suelo.
familia. La menor de todos los nietos... la que acaba de terminar la universidad. Oh dear mother of all gods... ¿Es qué de verdad estoy llegando a la edad del no return?
A pesar de que no debería de haber tomado esto muy en serio, lo hice. Pero cinco minutos después me repuse y volví a ser la misma vertebrita de siempre. La que hoy más segura que nunca sabe que no hay forma de que me conforme con el primer idiota que se me aparezca por el hecho de que "ya no estoy tan joven". A veces es difícil encontrar a ese alguien... a ese alguien especial... pero creo que NADIE debería conformarse con algo menos de lo que uno quiere o que merece.
Al final del día miré a mi familia y les dí un abrazo. Pensé "gracias tíos, papis, pero no gracias"... Y todos seguimos con nuestras vidas.
"The minute you settle for less than you deserve, you get even less than you settled for" - Maureen Dowd
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